Ninguna temporada es igual a otra, siempre hay matices cambiantes, provocando estos mutaciones en la innata y espontánea partitura anual. La gama de circunstancias, amplia y singular en cada emplazamiento, define la calidad final.
Todos somos conocedores, aunque sea de forma esencial, que las factorías que simbolizan nuestros criaderos se pretenda robusta y perdurable haciéndose necesario por ello cimentar desde el inicio solidez y calidad en el aviario. No estaremos por ello exentos de aciagas eventualidades que nos harán quejarnos de falta de preparación y, simultáneamente creernos que no tenemos los conocimientos y destrezas para criar canarios.
Las ideas y habilidades junto a la intuición y perspicacia se tendrán en cuenta en el resultado final de la temporada de cría, esta necesita de una preparación, desde un análisis teórico hasta la laboriosidad mas practica. El nexo entre la construcción y el conocimiento desde el que pretendemos construir nuestro criadero debe contar con un espacio interaccional desde donde el intercambio de información y experiencias, protagonistas indiscutibles, fluyan. Entiendo este espacio como el lugar donde las interacciones en verdad ocurren, definiendo el concepto de canaricultura y permitiendo una relación entre los distintos criaderos que forman el grupo de trabajo.
Nosotros, directores musicales, conocedores de la importancia de los elementos citados para la consecución de una compleja composición musical, no permitiremos que sea el azar quien unicamente proyecte y ejecute la cimentación y estructuras de nuestro criadero.
Tenemos que apropiarnos, haciéndolo nuestro, de los significados y de las herramientas necesarias dentro de nuestro contexto, hablo de la genética, índices de consanguinidad, alimentación, medio ambiente, trabajo en equipo. No podemos obviar la reflexión y la investigación sistemática que nos permita contrastar y hallar respuestas adecuadas a todo lo que con cada estación se va sucediendo, desde una perspectiva constructiva iremos incorporando lo aprendido al criadero, pasando a formar parte de nuestra experiencia, todo nos definirá, volcaremos toda la información al grupo, fortaleciendo con ello la interacción y la adhesión.
Nos complace y gratifica ver eclosionar pollos en los nidales, más que pollos acordes musicales cada uno de ellos, afanadas las madres preocupándose en cebar cada nota, regándolo nosotros de entusiasmo y empeño.
En mi experiencia personal he tenido la suerte de poder contar con las enseñanzas de muchos de ustedes, maestros.
Aseguro que aun soy pollo, novato de estas artes musicales, pero mucha de la culpa de lo que soy tiene que ver con la mixtura que ustedes, todos, han ido echando en mis comederos.
Muchas gracias.
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